Érase una vez, una niña llamada Emily, de unos 13 años aproximadamente, que tenía una extraña vida.
Su mejor amiga, Luna, hace tiempo, le regaló un libro, un libro mágico.
A Emily le ocurría todo lo que le pasaba a la protagonista Angie y a su gato Rocky.
Un día Emily caminaba un poquito desorientada, y se tropezó con una piedra. Cogió la piedra y empezó a hablarle y regañarle por estar en medio del camino, y la piedra sacó sus patitas y se fue con una buena lección. Emily siguió caminando cabizbaja. Entonces, se chocó con un hombre, le pidió disculpas y el hombre salió volando como un pajarraco. La niña estaba asustada, y volvió a su casa intentando no encontrarse con nada ni nadie. Cuando llegó, llamó a su amiga Luna, y Emily le contó su aventura por el parque. Estuvieron hablando toooda la noche. Al terminar, Emily se acostó y se durmió muy rápido. A la mañana siguiente, a Emily le dio miedo ir al instituto, pero su padre le obligó. Se fue en autobús, para no encontrarse con nadie. Cuando llegó allí, se sentó en su sitio y no presto ninguna atención. Volvió a su casa acompañada de su amiga y se encontró al mismo hombre que salió volando nada más verle. Emily le miró a los ojos y el hombre le dijo ″ berdok, to eria kolestav″, intentando decir: perdón, no quería molestar.
La niña le dijo que no pasaba nada, y el hombre y las dos amigas empezaron una charla muy animada:
¿Qué tal está usted?- le dijo Luna.
O toy ben, y tu ¿omo tas? - le respondió el hombre.
Muy bien, gracias - le contestó.
¿Como te llamas?- le preguntó Emily.
O me amo Topacio, peo me pues ama Topa.
¡Jajaja!, eres muy gracioso, yo me llamo Luna, pero me puedes llamar Lun.
Yo me llamo Emily, pero Emil o Emi me puedes llamar.
Y así siguieron toda la tarde, hablando y hablando. Ya entrada la noche, Emil y Lun se marcharon a su casa y Topa se fue volando a Londres. Por el camino se encontraron una papelera, Emi estaba comiéndose un paquete de gusanitos, que tiró al suelo. La papelera le dijo:
¡Oye, tú! Que haces tirando los papeles al suelo y no a la papelera.
Eh... perdón...eh...no te he visto...lo siento...a-a-di-ios - consiguió responder.
¿¡PARA QUE TE CREES QUE SERVIMOS, PARA ADORNAR!? - dijo furiosa.
Tranquilízate James, no querrás que te vuelva a pasar lo mismo que ayer - le respondió otra
papelera.
Tienes razón Carmen - le contestó.
Así pasaban los días, siempre le pasaba algo verdaderamente extraño. Hasta que se terminó el libro que Lun le regaló.
Cuando fue a su casa a devolvérselo, Lun no estaba, solo una nota en la puerta que decía:
Hola Emily:
estarás confusa, si, te pasa lo mismo que a Angie, te lo regalé porque quería que vivieras lo mismo que viví yo. A mi también me regaló mi mejor amiga ese libro, cuando lo terminé mi amiga Carla desapareció con todo lo que recordaba de ella, espero que hagas lo mismo que yo, Carla y todos los que leyeron el libro. Tranquila lo de desaparecer es pura casualidad que siempre pasa cuando ella se termina el libro.
CON CARIÑO, BESOS Y ABRAZOS.
Tu Amiga, Luna
TAMAR
1 comentarios:
Felicidades a la organización de este concurso por permitirnos disfrutar de la creatividad y originalidad de nuetros hijos e hijas. Este cuento me parece simplemente MARAVILLOSO.
Publicar un comentario