Érase una vez una mujer y un hombre que estaban casados. Se acercaba el día de San Valentìn, el día en que el hombre la regala a la persona mas querida algún símbolo que signifique que le quiere.
El marido, Antonio, no tenía regalo para y ella y pensó que seria un buen regalo una fiesta sorpresa, diciéndole: ¡ feliz día de san valentín!
La mujer, Antonia, estaba limpiando la casa mientras cantaba: !!!!talalariaro!!! que buen día hace hoy! Y otra vez: talalariaro tengo un buen presentimiento!!!,mientras fregaba los platos. Seguía canturreando: talalariaro que bien me lo voy a pasar hoy!!!,mientras vestía los niños.
Pero cariño, ¿ qué estás cantando ?- le preguntó su marido.
Una bonita canción- contestó sonriendo.
¿Quieres que vayamos hoy al bar de la esquina ??
Me parece una idea genial- contestó.
Antonio llamó a toda la familia para invitarlos al bar y darle a Antonia su sorpre
! Si, claro! ¿Por qué no vamos a poder?- toda la familia parecía dispuesta.
Vale, pues a las 8:00- concretó Antonio
¡Sí, sí, perfecto a todos nos viene buen!
Cuando dieron las ocho, toda la familia estaba escondida en el bar y cuando entró Antonia, todos gritaron al unísono:
- ¡FELIZ DIA DE SAN VALENTIN!!!!
La fiesta fue todo un éxito, hicieron juegos de todo tipo, comieron lomo a la brasa y bebieron coca cola. Todos lo pasaron genial.
Al final de la fiesta, Antonia se acercó a su marido y le susurró al oído:
- Esta fiesta nunca la olvidaré-.
Pucca
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