Nunca olvidaré el día que fui a ver el Camp Nou. Había elegido ese viaje como regalo de Comunión ya que era algo que me hacía mucha ilusión.
Ese día me levanté y me sentía muy excitado. Al llegar al estadio, mi nerviosismo fue en aumento. Al principio vimos la sala de los trofeos, los vestuarios, la sala de prensa, etc., pero lo más emocionante, lo que NUNCA olvidaré fue la sensación de pisar el terreno de juego; ese terreno que también pisaban mis jugadores favoritos y en el que se habían jugado tantos partidos importantes. Luego, subimos a la grada y, aunque estaban vacías, podía sentir a la afición gritando y animando a su equipo. Fue muy emocionante, como también lo fue asomarme a la cabina de prensa desde donde se retransmiten los encuentros.
Éste ha sido, sin lugar a dudas, el viaje que más he disfrutado hasta ahora.
Foot
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