Había una vez una niña llamada Rocío, era una niña con los ojos oscuros, morena y muy alta. Esa niña tenía un carácter muy peculiar. Aunque sus amigos le decían que era un poco mayor para jugar con sus peluches y muñecas ella no les hacía caso.
Su abuela, una mujer muy generosa y amable, cuando era muy pequeña, en uno de sus cumpleaños, le regaló una muñeca un tanto peculiar porque esa muñeca era una abuela y pronto pasó a ser la preferida de Rocío. En realidad era su preferida porque le recordaba a su propia abuela a la que quería con toda el alma, e incluso siempre pensó que la muñeca se parecía realmente a ella. Pero la muñeca ya era muy vieja y estaba toda rota, pero ahora que su abuela ya no estaba con ella la guardaba todavía con más esmero
Un día la madre de Rocío la vio en el cuarto, encima del escritorio de Rocío, la cogió, vio que estaba muy vieja y la tiró a la basura, ya que Rocío tenía otros juguetes mejores y más nuevos. Cuando Rocío se enteró se puso a llorar y corrió hacia la basura, pero era demasiado tarde su padre la había sacado unas horas antes,esta mañana, cuando Rocío estaba en la escuela. Rocío se puso muy triste,con los ojos todavía llorosos aceptó que su muñeca se había ido y que sus padres no tenían la culpa, pero supo que su linda muñeca siempre sería su juguete más especial porque la persona que se la regaló también lo era.
Ganso
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