Esta es la historia de una chico y un chica que no se conocían de nada, pero un día se encontraron en la calle y fue un amor a primera vista. El chico que era el hijo del carnicero le dio una rosa roja a la chica y la chica sonrió. Entonces el chico fue a su casa a decirle a su padre que se había enamorado de la hija del doctor. El chico llego a su casa y dijo: -Papá, me he enamorado de la hija del doctor, pero el padre no se llevaba bien con el doctor y le dijo: -Olvidate de esa chica, ella no está hecha para ti, pero el hijo contestó: -No, papá, yo estoy enamorado de ella y nunca la olvidaré.
El chico le confesó su amor a la chica y la chica le dijo: -Yo también siento lo mismo por ti. Tras la respuesta de la chica el chico dijo: -Si nuestros padres no nos quieren ver juntos que no nos vean, la chica confusa le contestó: -¿Cómo que no nos vean ? El chico contestó: -Si nos fugamos del pueblo no nos verán juntos, la chica contestó: -vale.
A la mañana siguiente ambos cogieron sus cosas y se fueron juntos a otro pueblo donde comenzarían una nueva vida como una pareja feliz. La chica estaba confusa a la hora de hacer las tareas del hogar por eso salió a la calle a que le diese el aire y a conocer a la gente del pueblo. El chico cogió un trabajo en el campo para conseguir dinero. La feliz pareja decidió casarse sin que lo supieran sus padres, pocos días después se casaron. Los padres de la pareja empezaron a sospechar que se habían fugado juntos, el doctor reunió a una patrulla a la búsqueda de su hija.
Al cabo de unos meses, el doctor y su patrulla decidió buscar en el pueblo en el que se encontraba la pareja, el doctor miró a ambos lados, y ahí estaba su hija hablando con su vecina. El doctor dijo: -¿Pero qué estas haciendo en este pueblo? La chica contestó:
-Estoy aquí porque tú no querías verme con el hijo del carnicero, y el padre contestó:
-¡Así que ahora es tu novio! ¿eh?, ¿Pero como puedes estar enamorada de ese tipejo? Y la chica dijo: -No es ningún tipejo, es mi esposo, es el amor de mi vida y nunca lo olvidaré, si no puedes comprender eso es que ya no eres mi padre. La discusión duró unos minutos más y el padre acabó consintiendo que la chica se quedase en ese pueblo con el chico, y el padre dijo: -Volveré a visitarte; y como ese chico te este pegando, volverás conmigo a casa. El padre se fue y la pareja fue feliz para siempre.
Perico Moral
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