Unos días antes de que naciera mi hermana, estaba ya algo nervioso porque sabía que faltaba poco para que naciera, tendría yo unos 8 años. Desde que me enteré que iba a tener una hermana, un día cualquiera de abril. Desde ahí ya empezaron las visitas a los médicos, el nerviosismo porque pasara ya los tres primeros meses que es cuando puede haber un aborto y porque el niño o la niña estuviera sana y sin síndrome de Down.
Cuando al fin me enteré que era una niña, era un caluroso día de verano en el que yo salía de la piscina del paseo. Fue a recogerme mi abuelo, que me dijo que mis padres habían llegado ya pero no me dijo nada hasta llegar a casa de mis abuelos. Ya sabiendo
que era una niña, tuvimos que elegir su nombre, hicimos una técnica que era que cada uno escribiría en un papel los nombres que les gustara para una niña y si alguno se repetía en los tres papeles ese sería el que le daríamos, lo raro es que esta técnica funcionó a la primera, y salió un nombre en común en los tres papeles: Laura.
Ya elegido el nombre sólo quedaba ir a las citas para ver si la evolución del feto era saludable y correcta, y esperar a que naciera. La fecha aproximada que les habían dado los médicos a mi madre era el 10 de enero.
Un día antes de que naciera Laura, estábamos un poco nerviosos, tanto yo como mis padres y mis abuelos. Éstos habían preparado una antigua cama en el piso superior de su casa para cuando fuera a nacer, quedarme allí a dormir, aunque yo quería ir con ellos, pero no me dejaron. Ese mismo día tuve que quedarme en casa de mis abuelos, porque mi madre sentía dolores y fueron al médico por seguridad y para no tener que estar corriendo hasta Écija en coche, en mitad de la noche. Lamentablemente, no era nada y se vinieron a decírmelo a mí y a mis abuelos.
Al día siguiente pasó lo mismo, aunque esta vez se quedaron allí por seguridad. Se ve que mi madre tuvo más contracciones y empezó a dar a luz. Nació el 28 de diciembre de
2006 a las 23 horas y 30 minutos. Ellos llamaron a mis abuelos, en mitad de la noche diciéndole que había nacido y que todo había ido bien. A mí no me lo dijeron hasta que no me desperté, echaron la excusa de que no me habían despertado, porque entonces no me volvería a dormir por el nerviosismo.
Esa misma mañana fuimos a conocer a mi hermana, y cuando la vi sentí un gran alivio al verla sana y sin ninguna enfermedad. Cuando la cogí fue lo mejor de todo, ya que al pasársela a mi madre, empezó a llorar como si le gustara que la cogiese yo.
Einstein
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