LO QUE NUNCA OLVIDARÉ

Había una vez un pueblo donde vivía un niño de 11 años que se llamaba Antonio.

Antonio era muy trabajador y también el segundo de sus cinco hermanos. Como su papá estaba enfermo, él y sus hermanos ayudaban en casa todos los días a su mamá; sacaban la leche a las vacas, llevaban las cabras a pastar, ponían maíz a las gallinas, sacaban al burro y ayudaban en el huerto a coger los tomates, pimientos, lechugas y zanahorias... Además tenía que ir al colegio y sacar buenas notas.

Después de todo el trabajo se iba a jugar al fútbol todos los días, le encantaba jugar.

Aquel día ,llegó al campo de fútbol y calentó un poco con sus compañeros y empezó el partido.

Ese día era muy importante porque se enfrentaban con sus mayores rivales :Los Águilas Verdes. Antonio iba hacia la portería pateando la pelota y...¡¡¡GOOL!!!

El partido continuó y logró marcar TRES GOLES¡¡

¡Sus compañeros saltaban sobre él y gritaban su nombre! Se puso muy contento y orgulloso de sí mismo.

Como eran las fiestas del pueblo habían organizado una gran carrera. Pensaba en volver a casa cuando se encontró con Juan, el hombre que organizaba las carreras de maratón y como conocía a Antonio y sabía que era tan rápido siempre, Juan le preguntó que si quería participar. Él le dijo que si y se dirigió hacia la salida.

Allí había once corredores dispuestos a ganar y él salía el último y muy cansado de su gran partido. La carrera empezó y como estaba tan contento de haber ganado pensaba en los goles que había marcado, en sus hermanos, en su madre, en su padre... corrió, corrió y llegó hasta la meta. ¡Había ganado! ¡Había quedado el primero!

Se puso en el podio en primer lugar y le dieron un precioso trofeo.

Corrió veloz hasta su casa y se lo contó a su papá. Su padre estaba tan contento de su hijo que mejoró. Aquel día fue el más feliz de su vida y ahora ese niño es mi padre...

Sí,esta historia es real.

También me contó que el día que yo nací se volvió a poner tan orgulloso y tan contento como aquel gran día , me parecieron tan bonitas sus palabras, que ese día es un dia que yo nunca olvidaré.

Anabeli