martes, 20 de abril de 2010

LA BELLA ARACENA



Nunca olvidaré a la bella Aracena cubierta del embriagador olor de los verdosos pinos, y añoraré el rocío en el montón de hojas del castaño.
Alejada del grisáceo cielo de la ciudad, la verde y bella Aracena, entre las montañas, estará guardada en el rincón del corazón, donde están las emociones y sentimientos. ¿Apreciarían tantos este gozo?, es decir, los de corazón limpio que disfrutan de la sencillez.
Aracena, hermosa y brillante. Aurora, la diosa del amanecer y Aeolus, el dios del viento, contemplan el arco iris, observando con curiosidad sus variados colores. Allí, en la alejada Aracena, donde habita una parte del corazón.

El devoralibros

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