domingo, 11 de abril de 2010

EL POZO DE LOS DESEOS

" Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya"
Antoine Saint-Exupéry


Esta historia comienza en un país llamado Marruecos. Allí vivía una familia en la que nació un niño llamado Ismail. Este niño desde muy pequeñito tenía la ilusión de ir a España…

y bajó al puerto de Tánger hasta que un día consiguió entrar debajo de un camión

y llegó a España, y como era muy pequeñito, y estaba solo, quiso regresar pero el barco ya había zarpado.

Él quería encontrar su estrella, la que iba a guiar en el camino de la vida; le iba a ayudar a salir de las tormentas y en las noches oscuras le alumbraría para no tropezar.

Miraba el cielo para encontrarla y sin darse cuenta se encontró en un desierto. Los desiertos no son habituales en Europa, pero Ismael estaba tan confundido que no vio todos los bosques que le rodeaban. El desierto era duro y muy, muy caluroso. Había dromedarios y palmeras. El desierto también era muy grande y tenía muchos caminos. Las palmeras eran tan altas e Ismael tan pequeñito que ya no podía ver las estrellas. Entonces muchos dromedarios que él creía que eran sus amigos le dijeron que siguiera un camino que iba a dar con “El Pozo de los Deseos”. Él también podría pedir su deseo: encontrar su estrella. Ismael encontró el pozo y se asomó,primero un poquito y luego más y más hasta que se cayó. Cayó y cayó cada vez más profundo y más abajo. Llegó al suelo y tenía miedo porque estaba solo. Le dolía el cuerpo y no podía pensar. Ismael quería salir, pero no sabía cómo. Era muy difícil porque a veces lo intentaba y volvía a caer.

Un día alguien le dio agua y un poco de comida. Ismael acercaba la mano, pero estaba tan asustado, que se escondía rápidamente para que nadie le viera. Poco a poco, se fue dejando ver y vio que quien quería ayudar era un enanito. Un enanito muy feo que se presentó y le dijo que se llamaba Ibaiondo. Este enanito le tejió una cuerda que le ayudaría a salir del pozo. También le señaló hacia donde tenía que mirar para encontrar su estrella. Pero le recordó que existen diferentes caminos y que de él depende cuál elegir.

Ismael había tenido tiempo de pensar en el pozo y pensar en cuál sería su camino. El enanito le dejó escrito en un papel algunas indicaciones para seguir la buena estrella. El papel del enanito decía:

Hay veces que tenemos que decir que no para no hacernos daño. Es bueno pensar antes de actuar. Hay que respetar a las personas porque todos tenemos en el fondo un corazón que late y que si actuamos mal se va muriendo poco a poco. Rodéate de gente buena porque tendrás siempre cosas buenas. Mira a tu corazón y quiérete por lo que eres.

A Ismael le dio mucha pena separarse del enanito, pero también sabía que no podía quedarse con él, porque vivía sólo y bajo tierra.

Ismael tenía que seguir su camino y conseguir sus sueños, formar una familia y ser feliz.

A Ismael, hoy día, le queda muy poco para ser mayor de edad y salir de un centro de menores… Ismael ya está preparado.

Ismael

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