viernes, 23 de abril de 2010

Algo inolvidable


Aún recuerdo aquellos días en los que jugaba con mis amigos al pilla-pilla y a otros tantos juegos divertidos. Nos lo pasábamos de maravilla corriendo y corriendo de un lado para otro hasta cansarnos. En el cole siempre hacía algo malo, y es que era un traviesillo, pero un hacha en los estudios. Me encantaba jugar con los cochecitos de juguete y a las pistolas, sentarme con mi abuela por las noches a mirar las estrellas y escuchar sus cuentos, cuentos de mundos mágicos, mundos maravillosos. Pero todo eso, ya se ha acabado. Ahora soy un hombre adulto, mi nombre es Alejandro, y tengo muchas responsabilidades y un trabajo y una casa que mantener. Recuerdo todo sobre cuando era niño cada vez que salgo a pasear y veo a los chavales jugar y divertirse. Que sea mayor no quiere decir que yo no me mezcle con los zagales, porque me gusta juntarme con ellos, correr y jugar y hacerlos reír. Cuando era pequeño no me gustaba tener que estudiar y hacer las tareas, por eso siempre decía que me gustaría ser mayor para tener mi trabajo y no tener que estudiar. Ahora me doy cuenta de que es mejor ser un niño y disfrutar de la vida y que, cuando uno es mayor tiene que encargarse de todo: su casa, su trabajo, su familia...



En el colegio casi siempre me peleaba con los demás chicos y al final los maestros acababan castigándome, pero aún así tenía muchos amigos, hasta que me di cuenta de que yo no podía estar metiéndome con los demás siempre, que eso estaba mal, y poco a poco fui cambiando y acabé por convertirme en lo que hoy día soy: un hombre respetuoso que a logrado una carrera y tiene un trabajo bueno y estable, y una vida llena de alegrías. Y es que yo creo que la infancia es algo inolvidable y rememorarla te llena de alegría al recordar bellos momentos.




Chispitas

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