viernes, 23 de abril de 2010

Nunca me olvidaré


En 2006, mes de noviembre, fui a Barcelona a ver a mi equipo preferido, el Fútbol Club Barcelona. Me fui por la mañana y llegué al mediodía. Ese día fue el más feliz de mi vida. Cuando me monté en el coche sentí una gran felicidad, tardamos 8 horas en llegar. Cuando llegué y vi a mis titos fui corriendo hacia ellos y les abracé. El primer día me quedé en la casa de mi tito y por la noche fui a Barcelona capital a un restaurante, ya que vivía en Granollers. El dueño era un hermano de mi tito.

El segundo día por la mañana estuve en su casa navegando en internet y jugando a la PS2 de mi primo Cristian y por la tarde salí a dar un paseo por el barrio de la calle de mi tito y vi un parque donde me quedé a jugar un buen rato y después, por la noche fui a una bolera con mi padre, mi tito y sus amigos.

El miércoles fue el gran día. Por la mañana estuve en el estadio viendo los entrenamientos y fui a la cantera del Barça (la Masía) y vi a los jóvenes que jugaban en las categorías inferiores y yo también jugué con ellos. En ese momento me sentía feliz como un mariposa cuando oye el canto de las flores. Jugaba muy mal pero en una que la pillé marqué un gol. Por la tarde vi a los jugadores del Barça, aunque no me dieron un autógrafo suyo y tampoco me hice una foto con ellos.

Por la noche fue el gran momento, estaba contento y triste a la vez. Contento porque iba a ver el Barça y triste, por si perdía. En el primer minuto Van Bomel, un antiguo jugador del Barça, marcó un gol tan pronto que todavía no estaba sentado. En el minuto 23 marcó Eto'o, otro antiguo jugador del equipo y en el minuto 43, otra vez Eto'o. 3-0 al descanso, el partido no podía ir mejor.

En el segundo tiempo en el minuto 53 marcó Eto'o, era su tercero y sentenció el partido. Además hizo un hat trick, el sueño de cada jugador de fútbol. En el minuto 82, Giuly culminaba la gran noche en la que yo había visto al Barça ganar contra el Panathinaikos. El árbitro pitó el final del partido, yo salté de alegría y me besé el escudo de la camiseta. Esa noche fue la noche más grandiosa de mi vida.

El jueves, por la mañana, estuve navegando en internet y por la tarde estuve en el mismo parque que estuve jugando el martes y conocí a un niño, me hice amigo de él y estuve jugando con él en los columpios. Se llamaba Joan y me dejó su GAME BOY y jugué con ella.

El viernes fue el último día. Me fui por la mañana, a las 7. Nunca me olvidaré de esto.

Futbolista

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